9 nov 2011

Hartazgo.


Estoy harto de quererte, de extrañarte eternamente,
De flotar entre capsulas crepusculares de colores neón,
Fluorescencia de burdel parisino en decadencia
De respirar nostalgias en formol

Estoy harto de extinguirme a cada momento
De esfumarme como los recuerdos,
De mirarte desde lejos, etérea, inconstante, borrosa, distante,
Sumisa a la obligación de borrarte

Estoy harto de escuchar tu silencio,
Como aullido de animal herido,
Desangrando flores a través de tus ojos,
Masticando el pasado putrefacto
Tragando siluetas que saturan mis ojos de ira,
Saboreando caminos andados a ciegas

Estoy harto de sentir tus manos incesantes acariciando mi espalda
Mientras me arrastro hacia el oscuro,
Y que tus labios congelados, de tanto tiempo de no besarlos,
Me arrullen bajo una atmósfera asfixiante
Que me pesa como las edades a la Historia,
Amaneceres que me aplastan,
Que me abrazan y que nublan mi mirada distorsionada,
Calmada por un analgésico o un ácido en mis entrañas

Porque tú sigues viva,
Aferrada a mis pisadas,
Y te azotas contra mí en la inmensidad apagada
Y me susurras el estribo
De una canción escrita en tiempos de extinción,
Guardada como el secreto más preciado,
En el rincón más profundo,
Del último cajón del armario de tu habitación,
Sin luz

Estoy harto de estar detrás de estos cristales,
De conocer la salida y no poder estrellarlos,
De no distinguir el aroma de la muerte
Y de no morir contigo, sino sin ti.


No hay comentarios:

Publicar un comentario