Se
encuentra varado en medio de días extremadamente húmedos. El paisaje es vasto,
pero no hay nada que le apetezca; ningún ser que le dé fuerza para salir de su
trance… El sonido del viento mojado se cuela a través de su ventana. Adentro no
hay más que aire contaminado por humo de cigarro; el enésimo que enciende desde
que está aquí, colapsando sus pulmones sin oxígeno; en las tinieblas apenas
distingue su respiración, y de vez en cuando quiere caminar un poco, pero sus
piernas entumidas no le responden…Cápsulas crepusculares flotan frente a su
cara y encierran sus memorias, le recuerdan que se va quedando vacío… Una
transfusión de espontaneidad es lo que necesita para despertar de su letargo,
pero no hay nadie aquí, sólo fantasmas y espejismos que lo único q hacen es recriminarle
su desidia… Avienta el cenicero con la mayor fuerza de la que dispone y abre un
orificio en el cristal. A lo lejos contempla el beso desesperado de dos amantes
que se desangran, se convierten en polvo y la brisa los arrastra… cierra los
ojos, pero la humedad es recurrente…parece que llora.

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