Risas que
me abordan por las noches, acarician mis delirios,
Entretienen
a mis demonios, y se aprovechan de mi ingenuidad
Caricias
sobradas, perversas, robadas,
Animales
tratando de domesticar un mundo sin piedad
¿Cuándo se
va acabar?
La humedad
me está secando el cerebro,
O es que
acaso me olvidé de encender el infierno
Y es que
aún camino por el mismo sendero olvidado,
Donde las
hojas secas de agosto
Crujen al
ser destrozadas por nuestras plantas,
Y el
viento frío y fresco nos alienta la esperanza,
De
encontrar alguna forma antes de que el sol se apague,
Poder
descansar bajo resguardo seguro de la humanidad
Algunas
chispas tiritan a lo lejos,
Quizá sean
briznas de un pueblo quemado recientemente
De
aquellos que ahogan gritos y guardan muertos que no se han ido,
De esos
como al que yo pertenezco.

No hay comentarios:
Publicar un comentario