3 jun 2010

Crónica de una metamorfosis\\


Es casi de madrugada, aún no consigo dormir, y el fondo fluorescente de la habitación hace que cierre los ojos… de cuando en cuando mi cerebro deja de funcionar, se detiene, pero regresa como para restregarme que sin su hacer no soy nada. Trato de guardar calma para escuchar el sonido de la oscuridad…murmullos a lo lejos…pasos hacia mí…y entre las sombras diviso una figura que no parece mortal. Disminuyo mi respiración para tratar de pasar desapercibido, pero sus oídos agudos escuchan el latido intermitente de mi corazón. Puedo sentir el fuego de su mirada calcinando mi aliento, y el dolor que sus garras, aún lejanas, pueden causar en mi piel…El visitante hurga tranquilamente, olfatea mi presencia…tengo claustrofobia y no se cuanto tiempo más aguantaré escondido…la atmósfera se hace cada vez más densa, acuchilla mis pulmones en pausa…Creo imaginar que mis ojos intentan salir de su órbita…quieren escapar…La habitación sufre metamorfosis, se va transformando en un bosque…hay mucha niebla y apenas distingo mis manos…intento atrapar el aire…no lo consigo…intento correr, pero mis pies han echado raíces en el suelo…escucho la respiración de mi “amigo” justo a mi lado izquierdo, debajo del cuello…busca decirme algo, pero no lo entiendo…mis tímpanos revientan y ahora solo veo…mis manos comienzan a deformarse…mi cuerpo se ensancha cada vez más… mi boca comienza a cerrarse…mis ojos a empequeñecerse…Dentro de mi cuerpo percibo un colapso en potencia…un remolino sin piedad…Ya no miro, pero sigo sintiendo…alguien trepa sobre mí…algunas de mis hojas comienzan a desprenderse, siento sus garras sobre mi ser…siento que sus colmillos van a morderme…despierto.